Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, Vatican News comparte el testimonio de cuatro mujeres provenientes de diferentes países y culturas pero que tienen un elemento en común: todas ellas han hecho de su trabajo una misión y con gran pasión y empeño luchan para que la mujer sea valorada, con el deseo de construir un futuro mejor donde la igualdad entre hombres y mujeres no sea un sueño, sino un hecho real.
Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano
“Que la voz de la mujer sea verdaderamente escuchada y sobre todo tenida en cuenta tanto en la sociedad como en la Iglesia”, es uno de los deseos que el Papa Francisco ha expresado de corazón en varias ocasiones a lo largo de su pontificado. Sin embargo, y a pesar de los grandes avances del mundo moderno, todavía millones de mujeres siguen siendo ignoradas, explotadas y abusadas; víctimas silenciosas de una violencia física, psicológica y verbal que lamentablemente, con frecuencia, les arrebata la propia vida.
Por eso, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, establecido para crear una conciencia colectiva que ayude a luchar por la igualdad de derechos en todos los ámbitos de la sociedad, Vatican News comparte el testimonio de cuatro mujeres provenientes de diferentes países y culturas pero que tienen un elemento en común: todas ellas han hecho de su trabajo una misión y con gran pasión y empeño luchan para que la mujer sea valorada.Cuatro mujeres, una misión en común
Formar a la mujer: protagonista de los cambios
La Hermana Nelly Sempértegui de la congregación Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, en Perú; nos habla de los desafíos a los que se enfrenta la mujer religiosa en el mundo de hoy:
“Uno de los mayores desafíos es nuestra presencia en medio de las realidades concretas donde todo está justificado y desvirtuado”, explica la religiosa subrayando que en este sentido, “hay tanto feminicidio que grita y nos llama proteger a la mujer, a formarla y a dignificarla como hija amada de Dios”.
Otro reto que destaca la Hermana Nelly es la invasión de la tecnología que presenta nuevos paradigmas y no se tienen los elementos necesarios para enfrentar el nuevo cambio del mundo globalizado: “Hay que formar a la mujer para que ella sea protagonista de los cambios culturales y socioeconómicos, tenemos que incidir, implicarnos y complicarnos para hacer posible que el mensaje de Jesús llegue a todos y transforme los corazones de las familias, de los jóvenes y de la sociedad entera”.