Evangelio del día y Comentario de hoy (1 de Mayo)
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,52-59):
EN aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
Palabra del Señor
LEYES: San José Obrero – El Santo del día (1 de Mayo de 2020)
Comentario al Evangelio
Alejandro Carbajo Olea, cmf
Queridos amigos, paz y bien.
Hasta tres veces los Hechos de los Apóstoles nos cuentan la conversión de Saulo en Pablo. Debió de ser muy difícil plasmar en pocas frases una experiencia mística tan intensa. Dejando a un lado si se cayó o no del caballo, si los que con él iban dejaron de ver o de o oír o las dos cosas, lo más importante es observar lo que pasó con el perseguidor. De encarnizado enemigo a incansable propagador. El mismo empeño que ponía en una cosa, lo tenía para la contraria. Todos sus pensamientos, deseos, emociones, volcados ahora en convencer a los demás de que Jesús es el Señor.
¡Qué difícil es dejar atrás el pasado! Aceptar que no todo lo hicimos bien. Tendemos a ocultar nuestros secretos, hasta que, de una manera u otra, vuelven. Que se lo digan a los políticos y la hemeroteca. Pablo se esforzó en que todos lo que antes no era digno de alabanza, fuera usado para mayor gloria de Dios. Es que Él sabe ver dentro de los corazones, no como miramos nosotros. Y encuentra la tecla necesaria, para darnos la posibilidad de cambiar.
Es comprensible la prevención de Ananías. Cuesta creer que las personas puedan cambiar así. Dar un giro de 180 grados, de ir contra los cristianos a ser el Apóstol de los gentiles. Pero el bueno de Ananías se fía, confía en la revelación que ha recibido, y se pone en camino. A todos nos hacen falta “intermediarios”, anunciadores del Reino. Nos lo recuerda el salmo que leemos hoy.
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”. Pues eso. Y si no puedes ir a todo el mundo, porque tenemos que estar en casa, entonces prueba a ir a los que tienes cerca, y comparte con ellos tu fe. Y no temas acercarte incluso a aquellos que te pueden parecer enemigos. Quién sabe. Quizá des con la tecla adecuada, y puedas ayudar a alguien a encontrarse con Jesús. Y, no te olvides, lo importante es el testimonio, no lo mucho que sepas.
Diálogo entre un recién convertido a Cristo y un amigo no creyente.
– ¿De modo que te has convertido a Cristo?
– Sí.
– Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?
– No lo sé.
– ¿A qué edad murió?
– Tampoco lo sé.
– ¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?
– Pues no… No lo sé.
– La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo…
– Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí que sé algo: hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos, mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida, no tenemos deudas, nuestro hogar es un hogar feliz, mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Todo esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo!
(El Canto del Pájaro p. 146. Anthony de Mello S.J. Sal Térrea. Santander 1982)
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro. C.M.F.
Fuente www.ciudadredonda.org