El Papa Francisco rezó la oración mariana del ángelus con los fieles presentes en la Plaza de San Pedro en este primer domingo de Adviento. “El Adviento es una llamada incesante a la esperanza: nos recuerda que Dios está presenta en la historia…”, afirmó.
Ciudad del Vaticano
Mientras el otoño llega a su fin y el frío se instala, en la ciudad de Roma, este primer domingo de Adviento, el Papa Francisco rezó junto con los fieles presentes en la Plaza de San pedro la oración del Ángelus. Durante la catequesis puso en evidencia que este día comienza el nuevo año litúrgico, tiempo durante el cual la Iglesia, con la celebración de los principales acontecimientos de la vida de Jesús y de la historia de la salvación, “ilumina el camino de nuestra existencia, nos sostiene en las ocupaciones cotidianas y nos orienta hacia el encuentro final con Cristo. La liturgia de hoy nos invita a vivir el primer “tiempo fuerte” del año litúrgico, el Adviento, que prepara a la Navidad, como tiempo de espera y de esperanza”.
Esperar para encontrarnos con la persona de Jesús
Francisco, citando (1 Cor 1,3-9) afirma que Pablo “indica el objeto de la espera en la «Revelación de nuestro Señor”. De esta manera, “el Apóstol invita a los cristianos de Corinto, y también a nosotros, a concentrar la atención en el encuentro con la persona de Jesús, que vendrá al final del mundo y que viene cada día, para que, con su gracia, podamos cumplir el bien en nuestra vida y en la de los otros”.
El Papa insistió en que nuestro Dios no decepciona nuestra espera. “Ha venido en un preciso momento histórico y se ha hecho hombre para tomar sobre sí nuestros pecados; vendrá al final de los tiempos como juez universal; viene cada día a visitar a su pueblo, a visitar a cada hombre y mujer que lo acoge en la Palabra, en los Sacramentos, en los hermanos y en las hermanas”.
Seguidamente, Francisco puntualizó: “Jesús nos dice la Biblia, está en la puerta y llama. Todos los días. Está en la puerta de nuestros corazones. Él llama a la puerta. ¿Puedes oír al Señor llamando? ¿Quién vino hoy a visitarte, que golpea tu corazón con una inquietud, con una idea, con una inspiración? Ha venido a Belén, vendrá en el fin del mundo. Pero cada día viene a nosotros. Ten cuidado, mira lo que sientes en tu corazón cuando el Señor llama”.
En los momentos oscuros de la existencia, confiar en el Señor
Francisco conoce las dificultades que pasa el mundo actualmente, conoce la desesperanza que invade a muchos y afirma: “La espera confiada del Señor hace encontrar consuelo y valentía en los momentos oscuros de la existencia. ¿Y de dónde nace esta valentía y esta apuesta confiada? Nace de la esperanza”.
Adviento, llamada incesante a la esperanza
El Papa subraya lo importante que es para los cristianos estar conscientes de que “Dios está presente en la historia de la humanidad, es el «Dios con nosotros», camina a nuestro lado para sostenernos. El Señor no nos abandona nunca; nos acompaña en nuestros eventos existenciales para ayudarnos a descubrir el sentido del camino, el significado del cotidiano, para infundirnos valentía en las pruebas y en el dolor”. Y a continuación añadió: “En el libro del Deuteronomio hay un pasaje muy hermoso, que el profeta dice al pueblo: “Piensa que el pueblo tiene a sus vecinos con ellos como tú tienes conmigo? Nadie, sólo nosotros tenemos la gracia de tener a Dios cerca de nosotros… “.
Por eso, añade el Papa, “En medio de las tempestades de la vida, Dios siempre nos tiende la mano y nos libra de las amenazas. A continuación concluyó: “María Santísima, mujer de la espera, acompaña nuestros pasos en este nuevo año litúrgico que comenzamos y nos ayuda a cumplir la tarea de los discípulos de Jesús, indicada por el apóstol Pedro, y ¿cuál es esta tarea?: dar razón de la esperanza que hay en nosotros (cf. 1 P 3, 15)”.