El hambre y la necesidad están echando por tierra la cuarentena en Perú, el segundo país de Latinomérica más golpeado por la pandemia.
Miles de vendedores ambulantes han tomado literalmente las calles de Lima. La policía intenta espantarlos, pero, tras más de 70 días de confinamiento, la prioridad para estas personas es poder llevar algo de comer a sus familias.
“Yo tengo tres niños de seis, de siete y de nueve (años) -explica una vendedora ambulante-. Por eso es que yo salgo a la calle. Si no ¿por qué voy a salir a la calle así? Porque ellos, el presidente, ganan su plata, pero nosotros nada, nos encierran“.
Más de 6.000 nuevos casos diarios
Aunque hace dos semanas el presidente Martín Vizcarra aseguró que se había llegado a la meseta de la pandemia, lo cierto es que los contagios siguen aumentando, con más de 6000 nuevos casos cada día, 135.000 desde el inicio de la crisis. El coronavirus ya ha segado 4000 vidas en el país.
El gobierno extendió hasta el próximo 30 de junio el confinamiento. Sin embargo, el desacato es generalizado. Las calles se llenan de vendedores, transeúntes y vehículos particulares. En los transportes públicos se han comenzado a hacer pruebas rápidas a los pasajeros que dan, de media, un 30 % de casos positivos.