Antes del Ángelus, el Papa Francisco se reunió con niños, familias, voluntarios y médicos del Dispensario pediátrico de Santa Marta.
Una ocasión de fiesta en la que los pequeños pacientes recordaron con cantos y bailes la Navidad que se acerca y el cumpleaños del Papa.
Ciudad del Vaticano
Con un cálido intercambio de saludos en el Aula Pablo VI, se renovó el habitual encuentro pre-navideño del Papa con los niños y el personal del Dispensario Pediátrico Santa Marta, que ofrece atención sanitaria a niños, de 0 a 5 años, de familias con dificultades económicas de todo el mundo.
El espectáculo infantil y la torta para el Papa
También esta vez la alegría de los pequeños se expresó en el escenario del Aula Nervi, rodeando con afecto a Francisco con cantos y animaciones sobre la Navidad. Como cada año, la cita cae en correspondencia con el cumpleaños del Papa. Para el Pontífice es siempre una feliz ocasión para celebrar este aniversario junto con los pequeños asistidos y voluntarios de la estructura caritativa vaticana fundada en 1922 por el Papa Pío XI. La “familia” del dispensario felicitó al Santo Padre con un dulce regalo para su cumpleaños y le agradeció por el tiempo pasado juntos, llevándole una gran torta que se comerá en el almuerzo organizado después del Ángelus.Escuche y descargue el servicio con la voz del Papa
Los niños son inocencia y promesa
Después de la actuación de los niños, el Papa Francisco se dirigió a las hermanas, a los voluntarios del Dispensario Santa Marta y a los padres de los niños asistidos por la estructura, recordando a todos lo importante y “grande” que es dar “alegría” a los niños:
También los padres, cuando saben jugar con los niños, hacen algo muy grande. Jugar con los niños, la expresión de los niños que son inocentes, promesa, tantas cosas buenas… Gracias por este encuentro.
Diálogo sobre la paz, el amor y la esperanza
Para abrir un diálogo directo con los niños, Francisco se inspiró en algunas cajas traídas por los Reyes Magos durante el espectáculo, en las que están escritas las palabras esperanza, amor y paz. Y luego explicó a los niños que “la guerra mata la vida, mata a los ancianos, a los jóvenes, a los niños, mata todo. Para derrotar la guerra se necesita amor”. Dialogando con los pequeños Francisco preguntó: ¿Cómo se puede vivir sin guerra? Y los niños respondieron al unísono: “¡Con amor!”. “Paz, amor y la tercera cuál era? Preguntó de nuevo el Papa. ¡Esperanza! Respondieron los niños. “Es así”, dijo el Papa y agregó:
Ir adelante con esperanza. Mirar siempre al futuro, mirar al horizonte, con la esperanza de que llegue un mundo mejor siempre del Señor, y también de nuestro trabajo.
“¡Gracias y felicitaciones!” Expresó antes de concluir el encuentro, agradeciendo a los padres por haber participado y a todos los organizaron esta fiesta. “Ahora tengo que ir al Ángelus y rezaré por ustedes y ustedes recen por mí. ¿De acuerdo?”