Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor
LEYES: Santa Teresa de Calcuta – El Santo del día (5 de Septiembre)
¿Alguno de ustedes se ha leído el “Catecismo de la Iglesia Católica”? ¿Entero? Me cuesta un poco creerlo. Son muchas páginas. En principio, no está mal el esfuerzo de hacer una síntesis de todo lo que es nuestra fe y nuestra moral. Pero al final, el deseo de ponerlo todo y de decirlo todo termina creando un libro de más de 1.000 páginas. Son muchas. Demasiadas, quizá. No puedo llegar a pensar que para ser buen cristiano haga falta leer, estudiar y asimilar todo lo que se dice ahí.
Es más. Ni siquiera sé si es fácil cumplirlo todo y al mismo tiempo. Tiene que haber un criterio que ordene todo lo que se dice en ese libro. Sobre todo, para no llegar a pensar que lo de ser cristiano es cumplir con un código de normas.
El Evangelio de hoy nos retrata la actitud de Jesús ante las normas religiosas. A Jesús le tocó vivir en un mundo que se había preocupado también por codificar su fe religiosa, por detallar las normas en que se concretaba ser fiel al Dios de Israel. Y llegaron a detalles muy concretos. Jesús, como buen israelita, conocía esas normas. Pero se las saltó siempre que quiso. No tuvo el más mínimo inconveniente. Es más, posiblemente esa fue la razón última de su muerte ajusticiado en la cruz. Lean los primeros capítulos de los evangelios sinópticos y verán confirmado lo que digo.
En el relato de hoy, los fariseos –los especialistas en normas de la época– ven cómo los discípulos comen espigas que cogen directamente del campo. Problema: era sábado. Y el sábado no se podía cosechar. Y técnicamente lo que hacían los discípulos era cosechar. Era pecado por tanto. Jesús les responde sencillamente que el Hijo del Hombre es señor del Sábado. Se pone por encima de la norma. Y nos da la clave para ésta y para todas las normas –también para las de nuestro “Catecismo”–: el bien de las personas es lo que da sentido a las normas, a cualquier norma. Nunca, nunca, hay que poner a las personas al servicio de la norma. Ahí es donde estamos –debemos estar– hoy los discípulos de Jesús: comprometidos en el bien de nuestros hermanos y hermanas. Como dijo Pablo VI, al servicio de toda la persona y de todas las personas. Todo lo demás está al servicio de esto. Todo.
Fernando Torres, cmf
Fuente ciudadredonda.org
La oración a San José del Papa Francisco El Santo Padre propone implorar a San…
Padre Ammar Yako - Sacerdote casi muere dos veces (Fuente es.churchpop.com) El 7 de marzo,…
Oración al Arcángel San Gabriel para pedir un milagro Bendito ser de luz, embajador de…
El Papa Francisco in Iraq: programa del viaje apostólico VIERNES 5 DE MARZO: ROMA -…
Papa Francisco - Audiencia General, 3 de Marzo de 2021 (Fuente Vatican News) En la…
Hermosas oraciones para recitar a San José CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ ANTE LAS TRIBULACIONES ¡Oíd,…