Se acerca la fiesta de la Inmaculada Concepción y, en Colombia, también una bella tradición: “la noche de las velitas”.
Han pasado 165 años desde que el Papa Pio IX proclamó la Inmaculada Concepción como dogma de Fe.
Ciudad del Vaticano
“Encender la luz, es decirle a la Virgen y al Niño Jesús que vengan a nuestras casas”. Así lo dijo el padre Jorge Bustamante Mora, director del departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal Colombiana, algunos días antes de la festividad de la Inmaculada Concepción.
Una bella tradición colombiana
Según la tradición colombiana, durante la noche del 7 y la mañana del 8 de diciembre, las casas y las calles del país, en una atmosfera de alegría y fiesta, son iluminadas con velas y luces multicolores, en honor de la Inmaculada Concepción. A esta tradición se le conoce como “la noche de las velitas”. Esta noche, marca también el inicio de las festividades navideñas.
La Inmaculada Concepción de María
La tradición nace en memoria de lo que sucedió en 1854 en la Plaza de San Pedro, cuando los fieles esperaban la Bula Ineffabilis Deus, Carta Apostólica con la que el Papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María: “La santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer Instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en Atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”.
Esa noche, “los católicos de todo el mundo encendieron velas y antorchas, manifestando su esperanza en que se declarara de manera oficial y dogmática que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción”, explica el padre Bustamante.
Pedir la intercesión de María
También explicó que para los fieles encender una vela significa pedir por la intercesión de María, la Madre de Dios, una gracia: “por la paz, por el amor, por la reconciliación, el cuidado de la Casa Común, por quienes sufren, por quienes han partido, por todas circunstancias personales, sociales y eclesiales de cada persona”. Por ello, el padre invitó a todos los fieles a unirse a esta bella tradición, esperando así la llegada de la Inmaculada Virgen María.