Para el título del mensaje de la 28ª Jornada Mundial del Enfermo en memoria de la Madre de Dios de Lourdes, el 11 de febrero, el Papa Francisco eligió las palabras de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os daré descanso” (Mt 11, 28). Estas palabras expresan la solidaridad del Hijo del Hombre con todos los heridos y oprimidos. Invita a todos a “entrar en su vida para experimentar ternura” y así convertirse en “refugio y consuelo” para los demás. El lugar donde los enfermos pueden encontrar alivio es la Iglesia, que cada vez más quiere convertirse en la “posada” del Buen Samaritano que es Cristo. El Papa aquí enfatiza el papel crucial de los trabajadores sanitarios. En nuestra historia, se presenta como discapacitado físico el Señor Tone Planinšek, que ha experimentado la cercanía y la “salud” de Dios y quiere compartir esta experiencia con otros.
Jože Potrpin – Ljubljana
Recorramos ahora la historia de Tone Planinšek, en sintonía con el Día del Enfermo: “El sufrimiento puede ser tanto una bendición como una maldición. Depende de cómo lo aceptemos. En las pruebas que acompañan a toda vida humana, el sufrimiento ayuda al crecimiento espiritual y así la vida se enriquece espiritualmente. Pero también puede ser una molestia cuando lo consideramos un castigo divino. El sufrimiento es un regalo de Dios, pero le tenemos miedo. Tal vez sea porque tiene un precio tan inestimable que sabemos muy poco sobre él. Para nosotros es significativo, porque conocemos el camino en el que María nos ayuda a caminar detrás de Jesús y a no cometer errores. En Lourdes eligió a una pastora sencilla, pobre y siempre enferma llamada Bernadette. Incluso ella sufrió mucho por los interrogatorios y las humillaciones. Jesús, de hecho, proclamó a los pobres herederos del Reino de los Cielos”.
El espíritu sano en el cuerpo de los discapacitados físicos
¿Puede existir un espíritu sano también en un cuerpo enfermo y físicamente discapacitado? “Nací como un niño sano, el primero de siete hijos en una familia campesina. No tenía ni un año cuando notaron que mi espalda empezó a curvarse como resultado del raquitismo. Así que hasta el comienzo de la escuela primaria (en aquel entonces en Eslovenia la escuela comenzaba a la edad de 7 años y duraba 8 años) recorrí muchos hospitales.
Asistí a la escuela primaria en mi país de nacimiento, y a la escuela de formación profesional en el Instituto de Formación de Jóvenes con Discapacidades, donde estudié para convertirme en sastre. Después de la formación empecé a trabajar. No fue fácil encontrar trabajo en la fábrica de cuero. Al principio hubo problemas debido a mi altura, mido 130 centímetros. Más tarde trabajé con máquinas especiales y otras herramientas diversas. Después de veinte años de trabajo me retiré anticipadamente por frecuentes problemas de salud. Pero una vez retirado no me quedé quieto. Me uní a la Fraternidad Cristiana Intercontinental de Enfermos Crónicos y Discapacitados Físicos (Frater). Además “caí” en las aguas del periodismo. Durante muchos años fui miembro del consejo pastoral de la parroquia y varias veces animador de los Confirmandos”.
El pequeño sol o el rayo
“Todo comenzó con la fe, la fe tradicional. Después empezó a crecer en mí, porque empecé a leer lecturas espirituales. Al mismo tiempo asistía al catecismo para jóvenes. Durante la escuela profesional en el Instituto de Formación experimenté el significado de la fe en la vida. Casi fui expulsado del instituto debido a mi interés por un libro que llegó por correo a la dirección del Instituto de la editorial Druzina. No podíamos ir a misa, sólo en secreto. Durante este tiempo pude haber renunciado a la fe, pero la abracé aún más fuertemente. Así empecé a preguntarme sobre el sentido del sufriendo.
¿Por qué sufre la gente? A través de la meditación y las lecturas de contenido espiritual, llegué a reconocer que esta es mi misión. Jesús también sufrió. A través del sufrimiento redimió al mundo. Por eso llegué a la conclusión de que el sufrimiento es la forma más elevada de amar; de lo contrario, Dios habría elegido otro camino. Ahora que se han sumado varios dolores y problemas a mi discapacidad, ofrezco todo esto a Jesús para algunas intenciones concretas. El sufrimiento en sí mismo ya nos empuja al cielo. Pero no irá hacia adelante sin nuestra colaboración, tal como me escribió un sacerdote hace años, quien también sufrió mucho. En resumen, recibí el amor de Dios en mi corazón. A veces algunos me dicen que soy un sol, un pequeño sol, o un rayo”.
La discapacidad también puede ser un privilegio
«A menudo los “sanos” cometen errores porque con demasiada frecuencia no dejan que las personas discapacitadas o enfermas hagan por sí mismas cosas que están en grado de hacer. Esto ya comienza en la propia familia. Yo, por ejemplo, nunca he oído en casa: “No puedes hacer esto. No tienes que hacer esto otro, deja que lo haremos por ti”.
Todo el mundo tiene el deber de hacer lo que pueda y pedir ayuda sólo para lo que le resulta imposible. El discapacitado, por tanto, no es una persona menos capaz o una persona con necesidades especiales. A mí me parece más apropiado llamarlo: una persona con una misión especial. Pienso en la misión que Dios nos ha dado, y que le ha dado a cada persona.
La discapacidad puede ser un privilegio si la aceptamos como un regalo de Dios, que nos ayuda a elegir el camino de la santidad. Sí, para muchas personas la persona discapacitada es un pequeño sol, cuando para él o ella la discapacidad no es una carga, sino que se ve a sí mismo como una persona con sus talentos. Estos son pequeños soles y conozco muchos de ellos».
Encontró su misión especial
“A veces sólo hace falta animar a una persona a dar lo mejor de sí misma. Nosotros, los discapacitados y los enfermos, no sólo recibimos ayuda y compasión, sino que también podemos dar. Ser útil a otro ser humano: esta es mi felicidad. En mi caso, esto ocurrió ya en 1975 durante el encuentro de enfermos y discapacitados en el Santuario Mariano de Brezje, cuando me puse en contacto con la Fraternidad Cristiana Intercontinental de Enfermos Crónicos y Discapacitados Físicos y en esto encontré mi propio camino.
Al mismo tiempo, conocí la revista Prijatelj (Amigo). He participado en numerosas reuniones, peregrinaciones, ejercicios espirituales, muchos fines de semana de oración, vacaciones, celebraciones de Año Nuevo, visitas. Igualmente acordé organizar exposiciones de artesanía, acompañadas de conciertos o mesas redondas sobre diferentes temas con varios invitados. Por otro lado, he sido representante de Eslovenia en congresos europeos o internacionales de la Frater. He dado testimonios durante las misas en varias parroquias o en varios grupos como orador, scout… En 2009 fui elegido jefe de la Fraternidad Cristiana de Enfermos Crónicos y Discapacitados Físicos en Eslovenia y todavía lo soy actualmente”.
La fotografía dice más que mil palabras
“Lo importante es descubrir y cultivar los talentos que tenemos. A pesar de algunas dificultades, pueden ser más grandes de lo que pensamos. La fotografía es mi mayor alegría desde la escuela primaria. He combinado esta alegría con la utilidad práctica y por eso me gustaba fotografiar cada vez más la vida de la Frater. He publicado mis fotografías en la revista Prijatelj (Amigo), en el semanario Družina (Familia), en la revista mensual Ognjišče y en otros medios. Tomé dos fotografías muy hermosas y también expresivas cuando el arzobispo Alojzij štar se quedó solo en el presbiterio en su silla de ruedas, mientras que los otros fotógrafos se fueron después de la ceremonia siguiendo a los políticos. Incluso fui el fotógrafo oficial de la revista Prijatelj durante los dos viajes apostólicos del Papa Juan Pablo II a Eslovenia. Ahora, debido a mi enfermedad, mi equipo fotográfico es demasiado pesado para mí y por eso ya no participo en grandes eventos”.
El lema de la Frater: “Levántate y camina”
“Jesús le dijo esta frase a un lisiado hace dos mil años. Estas palabras son válidas para los discapacitados incluso hoy en día. He dicho muchas veces que las cosas buenas que hacemos los discapacitados deben llegar también a los medios de comunicación, para que no nos representen más como pobres criaturas. Empecé a describir varios eventos, especialmente aquellos en los que participaban personas discapacitadas y enfermas. Fue así como al final llegué a Radio Ognjišče, donde he preparado el programa titulado Levántate y camina, durante 25 años, exactamente un año menos del total que tiene la radio. Aquí ciertamente tengo tantos oyentes como los hay en una gran parroquia”.
El programa que acaricia y anima
“En el programa, me dirijo a las personas entre las cuales también estoy yo. Quién puede ayudarles mejor que uno de ellos, que puede identificarse con ellos, que tiene experiencias similares a las suyas, porque habla de su propia vida. Preparo este programa con mi corazón, desde dentro, no con conocimiento. El programa no tiene el objetivo de consolar, pero con su contenido busca sobre todo animar a los enfermos, a los discapacitados y a todos los que sufren a mirar hacia el futuro y a preguntarse para qué puede servir la enfermedad o la discapacidad”.
En conclusión
Los enfermos y los discapacitados no sólo deben ser objeto de ayuda, sino sobre todo sujetos activos, portadores de una peregrinaje en la fe y la esperanza, testigos de los milagros del amor y de la alegría pascual.
Credit: Vatican News