Al crecer, mi hermano, mis hermanas y yo no podíamos cruzar la calle en la camioneta familiar sin que nuestra madre sacara sus cuentas de rosario.
No importaba con quién estuviéramos, cuánto tiempo durara el viaje, cuánto resoplamos, resoplamos y pusimos los ojos en blanco, las cuentas salían y nuestra madre se encargaba de todo. No recuerdo un día en que mi madre no lo rezara con nosotros al menos una vez al día. (Sí, a veces fue más de una vez).
En ese momento, lo admito, a regañadientes lo recé con ella. Todos lo hicimos.
Sin embargo, mirando hacia atrás, esos son los recuerdos más preciados míos y de mis hermanos. Estos también fueron una formación y educación poderosas en la vida de Jesucristo y Su Evangelio. Después de todo, ¡el rosario se considera la Biblia en una cuerda!
Mira, el Rosario exige que meditemos sobre la vida de Jesucristo. Y puedo decir con certeza que la gracia de Dios que se nos dispensa a través de esta oración particular es poderosa en nuestras vidas.
¡Oh sí! ¡Esto es cierto! Todos tenemos muchos, muchos defectos. No amar la verdad no es una de ellas. No solo somos amantes de la Verdad, sino que los cinco compartimos felizmente la Verdad con los demás.
Mis hermanos, suegros, sobrinas y sobrinos permanecen cerca. No hay torpeza, grietas o drama entre nosotros. Claro, tenemos nuestras pequeñas disputas, pero son poco frecuentes y se resuelven rápidamente.
Como familia, tenemos una buena cantidad de dificultades. Nos dirigimos al Rosario, especialmente durante los momentos más difíciles. De alguna manera, de alguna manera, Dios siempre nos da risas y paz, incluso en medio de las peores batallas de la vida. Y sin importar con qué frecuencia pecamos, los sacramentos nos llaman a reconciliarnos con Cristo, su Iglesia y entre nosotros.
Estamos lejos de ser perfectos, para estar seguros. Pero todos somos mejores de lo que fuimos y no tan buenos como esperamos ser. ¡Con la poderosa intercesión de Nuestra Señora, todos esperamos ser santos! El Rosario definitivamente abre nuestros corazones a las gracias de ser todo lo que Dios nos creó para ser.
Salve la Santa Misa, el Rosario es la oración favorita de nuestra familia. Mi hermano y hermanas ahora rezan con sus hijos. De hecho, mi sobrino, Pete, saca su rosarios de su bolsillo si se le pregunta: “¿Dónde está tu arma?” Tiene 10 años y lo reza todos los días por su cuenta.
Gracias a Dios por la gracia del Santo Rosario, especialmente en mi familia. Es una oración cristocéntrica, simple y poderosa a través de la cual Nuestra Señora baña a nuestra familia con gracia, paz y alegría. El rosario es una oración de auténtica conversión de corazón. Es hermoso.
Reza el Rosario con tu familia, amigos y comunidades. Rézalo.
¡Gracias mamá! (Terrenal y celestial)
Credit: ChurchPop
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