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Mi amado y bienaventurado San Judas Tadeo, invoco tu sublime presencia en esta mañana que en la gracia de nuestro Señor se me ha regalado.
Donde a través de mis ojos puedo deleitarme con la belleza de un nuevo día.
Reconociéndote como mi fiel protector a quienes son encomendadas las causas imposibles.
En esta oración de la mañana, mi querido San Judas Tadeo dejo en tus manos mi destino, se guía en mí andar de este día que ha iniciado.
San Judas Tadeo a ti, a quien la iglesia reconoce universalmente y permite a tus fieles seguidores honrar y aclamar tu santo nombre.
Te pido me des el privilegio de tus ruegos y no me abandones mientras transcurre mi día.
Esta mañana Santo Patrono, acudo a tu bondad para que me socorras si ves que mis fuerzas desvanecen.
Has que me aferre a tu divinidad y conviértete en la lámpara que ilumine mi alma y fe.
Tú, San Judas Tadeo eres el único con el poder de vencer las tribulaciones que me agobien este día.
Por eso cada mañana elevo esta plegaria en tu nombre para que seas mi protector y bendigas mi vida como Jesús bendijo a sus apóstoles en el último día.
Gracias padre santo por dejarme despertar esta mañana y orar en tu excelso nombre.
Gracias por todo lo que hoy deparas para mí y gracias mi amadísimo San Judas Tadeo por honrarme con tu misericordiosa protección.
En tus poderosas manos San Judas Tadeo y las de Dios mismo, me dejo caer.
No me hace falta nada más, solo sus cuidados y compañía para vivir, respirar y caminar en santa paz. Amén.
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