A la hora del Ángelus del primer domingo de Cuaresma el Papa Francisco recordó que también hoy Satanás irrumpe en la vida de las personas para tentarlas y domar su conciencia. Por eso hay que estar vigilantes ante las tentaciones, no someternos a ningún ídolo de este mundo, sino seguir a Jesús en la lucha contra el mal
Ciudad del Vaticano
En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, el Santo Padre explicó que en este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio narra que Jesús, después del bautismo en el río Jordán, “fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio”, preparándose, de este modo, “para comenzar su misión de heraldo del Reino de los Cielos”. Francisco añadió que al igual que Moisés y Elías Jesús se prepara con un ayuno de cuarenta días.
El hombre no vive solamente de pan
Sin embargo, al final de ese período de ayuno, irrumpe el tentador, el diablo, que intenta tres veces poner en dificultad a Jesús, destacó el Papa y señaló que la primera tentación se basa en el hecho de que Jesús tiene hambre y él le sugiere que las piedras que estaban allí se convirtieran en panes. Tentación que termina con la clara la respuesta de Jesús que alude a Moisés, cuando recuerda al pueblo el largo camino que realizó en el desierto, en el que aprendió que su vida depende de la Palabra de Dios:
“Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
No tentarás al Señor, tu Dios
En su segundo intento, el diablo se vuelve más astuto – dijo el Papa – puesto que también él cita la Sagrada Escritura con la clara estrategia de que si tú tienes tanta confianza en el poder de Dios, entonces experiméntalo, ya que la propia Escritura afirma que serás socorrido por los ángeles. “Pero incluso en este caso Jesús no se deja confundir, porque quien cree sabe que a Dios no se le pone a prueba, sino que se confía en su bondad”. De ahí la respuesta de Jesús con otra cita bíblica:
“También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”
Adorarás al Señor, tu Dios
Por último – explicó el Santo Padre – “el tercer intento revela el verdadero pensamiento del diablo: porque la venida del Reino de los Cielos marca el comienzo de su derrota”, y el maligno pensando en distraer a Jesús de llevar a cumplimiento su misión, le ofrece una perspectiva de mesianismo político. Naturalmente, el Señor rechaza la idolatría del poder y de la gloria humana y, al final – dijo Francisco – expulsa al tentador diciéndole:
“Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto”
Sólo entonces ante Jesús se acercaron los ángeles para servirlo, dijo también el Papa, y añadió que “también hoy Satanás irrumpe en la vida de las personas para tentarlas con sus propuestas seductoras; mezcla las suyas con las muchas voces que tratan de domar la conciencia. Desde muchos lugares llegan mensajes que invitan a ‘dejarse tentar’ para experimentar el placer de la transgresión”.
“La experiencia de Jesús nos enseña que la tentación es el tentativo de recorrer caminos alternativos a los de Dios, que nos dan la sensación de autosuficiencia, del disfrute de la vida como un fin en sí mismo. Pero todo esto es ilusorio: pronto nos damos cuenta de que cuanto más nos alejamos de Dios, más nos sentimos indefensos y desamparados ante los grandes problemas de la existencia”
Antes de rezar a la Madre de Dios el Santo Padre pidió que “la Virgen María, la Madre de Aquel que aplastó la cabeza de la serpiente, nos ayude en este tiempo de Cuaresma a estar vigilantes ante las tentaciones, a no someternos a ningún ídolo de este mundo, a seguir a Jesús en la lucha contra el mal” para que de este modo también nosotros salgamos “vencedores como Él”.