Papa Francisco consagró el Sínodo de la Amazonia a San Francisco de Asís
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Con una sugestiva celebración, en la Fiesta de San Francisco de Asís en los Jardines Vaticanos el Papa Francisco consagró el Sínodo sobre la Amazonía a la intercesión de San Francisco. También se llevó a cabo la plantación de un árbol como símbolo de la conversión a la ecología integral.
Ciudad del Vaticano
En la fiesta de San Francisco de Asís se llevó a cabo en los Jardines Vaticanos una celebración en la que se consagró el Sínodo sobre la Amazonía a la intercesión del Santo de Asís, “ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral”, tal como lo definiera el Papa Francisco en su Encíclica sobre el cuidado de la Creación, Laudato Si’.
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La ceremonia estuvo marcada por cantos, danzas y gestos simbólicos de representantes de los pueblos originarios de la Amazonía, y por las reflexiones del cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, y del relator General del Sínodo, el Cardenal Claudio Hummes.
Con tierra tomada de lugares simbólicos – tierra del Tiempo de la creación del mundo, tierra de la Amazonía rica en cultura y tierra de la Amazonía bañada en la sangre de los mártires, tierra proveniente de la India para recordar a las comunidades mundiales más vulnerables a la crisis climática y tierra que representa a los millones de refugiados y migrantes, con tierra representativa de los proyectos de desarrollo sostenible en el mundo y tierra “sedienta de justicia y paz”, con tierra proveniente de lugares donde hay tráfico de personas y de los lugares del “Fridays for Future” en representación de los jóvenes católicos de la generación de la Laudato Si’, y también con la tierra de lugares franciscanos –tras la entonación del “Cántico de las criaturas”, el Santo Padre Francisco acompañado por dos representantes de pueblos originarios, Ednamar de Oliveira Viana y José Cristo de Oliveira, y por el Card. Claudio Hummes y el Card. Lorenzo Baldisseri, procedieron a plantar un árbol de Asís en el corazón de la Iglesia Universal, como símbolo de la conversión a la ecología integral.
En la conclusión de la elocuente celebración, el Romano Pontífice rezó un Padrenuestro y se despidió de los señores cardenales y de todos los presentes.