Papa Francisco inauguró la nueva estructura del Museo Etnológico
“Todos los pueblos están aquí, a la sombra de la cúpula de San Pedro, cerca del corazón de la Iglesia y del Papa”, lo dijo Francisco al inaugurar una muestra sobre la Amazonía y el nuevo proyecto “Anima Mundi”, en el que han trabajado arquitectos, ingenieros y obreros, para proponer miles de obras de arte de todo el mundo
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Al inaugurar, la tarde del 18 de octubre “Anima Mundi”, la nueva estructura del Museo Etnológico y una muestra sobre la Amazonía, la región acerca de la que trabajan durante este mes los Padres Sinodales, el Santo Padre saludó cordialmente a los “queridos amigos” presentes y agradeció, ante todo, las palabras pronunciadas por el Cardenal Giuseppe Bertello, Presidente del “Governatorato” del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Francisco afirmó que le agrada pensar que lo que hoy se inaugura “no es simplemente un Museo, en su concepción tradicional”. Y manifestó que le pareció oportuno el nombre que se ha elegido para esta colección: “Anima mundi”, es decir, el alma del mundo.
Además, el Pontífice manifestó que, en su opinión, los Museos Vaticanos están llamados a convertirse cada vez más en una “casa” viva, habitada y abierta a todos, con las puertas abiertas a los pueblos del mundo entero. “Un lugar – dijo – donde todos puedan sentirse representados” y donde se pueda “percibir concretamente que la mirada de la Iglesia no conoce preclusiones”.
Sí, porque como afirmó el Santo Padre, “el que entre aquí deberían sentir que en esta casa hay espacio también para él, para su pueblo, su tradición y su cultura: el europeo como el indio, el chino como el nativo de la selva amazónica o congoleña, de Alaska o de los desiertos australianos, o de las islas del Pacífico”.
“ Todos los pueblos están aquí, a la sombra de la cúpula de San Pedro, cerca del corazón de la Iglesia y del Papa ”
Espacio especial de diálogo, apertura al otro y encuentro
Además, el Papa Francisco dijo que aquí también deberá sentir que “su” arte tiene el mismo valor y que se lo cuida y conserva “con la misma pasión que se reserva a las obras maestras del Renacimiento o a las inmortales esculturas griegas y romanas, que atraen cada año a millones de personas”. De manera que aquí, el que venga, encontrará “un espacio especial: el espacio del diálogo, de la apertura al otro, del encuentro”.