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Sor André, la monja más anciana del mundo cumple 116 años: Era protestante y se hizo católica a los 19 años y dice que «mi felicidad diaria es poder seguir rezando»

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Miembro de la comunidad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, la hermana André es la persona más anciana de Francia y de Europa y la segunda persona más longeva del mundo con 116 años, tan sólo superada por la japonesa Tane Tanaka de 117.  Ayer, 11 de febrero, la hermana André celebró su 116º cumpleaños en la casa de retiro Sainte-Catherine-Labouré, en Toulon y siendo  la vicedecana de la humanidad es también la decana de las religiosas en el mundo.

Sor André nació en Alès (Gard) en 1904 y experimentó la Tercera República francesa, así como las dos Guerras Mundiales y el advenimiento de la Cuarta y Quinta Repúblicas en Francia. Con todo ello, la Hermana de San Vicente de Paul vivió bajo el pontificado de diez Papas. «He visto cosas hermosas y cosas muy tristes: niños abandonados porque nadie podía alimentarles, y que eran acogidos por familias muy buenas», explica resumiendo sus vivencias.

La religiosa era hugonote de nacimiento (antiguo nombre otorgado a los protestantes franceses de doctrina calvinista) y teniendo un abuelo que era pastor en dicha iglesia, Lucile Randon – su nombre civil- se convirtió al catolicismo a la edad de 19 años. Ingreso a la comunidad de las Hijas de la Caridad de París a la edad de 40 años, en el contexto de una “vocación tardía” que ha durado casi 76 años.

Después de 28 años en el hospital de Vichy para cuidar a los ancianos y huérfanos, la hermana André – nombre elegido en referencia a su hermano – se unió a una primera residencia de ancianos en Savoie, les Marches. Su nombre de religiosa en homenaje a su hermano André se debe a que fue «su padre y su madre» porque la crió: «Cuando muera me reuniré con él en el campo». Sólo en 2009 la hermana André, ya con 105 años, se mudó a Toulon, en la residencia de ancianos de Santa Catalina Labouré.

Ciega y ahora en una silla de ruedas, la hermana André pide que recen por ella. Poseedora de un carácter imponente, la religiosa añade con una pizca de humor: “Que el buen Dios no sea demasiado lento para hacerme esperar más. Está exagerando…” Una mujer que hoy celebra su 116º cumpleaños y que había recibido una carta personal y un rosario del Papa Francisco por su 115º cumpleaños encuentra al Santo Padre “valiente”, e incluso admite haber escuchado a Radio Vaticano. Tan piadosa como siempre, la hermana André confió sobre su vida de fe: “Ya sólo me muevo en silla de ruedas y apenas puedo ver. Mi felicidad diaria es poder seguir rezando”.

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